Hoy 16 de diciembre celebramos la onomástica de san Adón (monje y obispo austríaco del siglo IX), san Ageo (profeta de Israel), san Azarías mártir, san Beano (ermitaño irlandés), san Everando (gobernante de la Galia), san Macario de Collesano (monje y abad italiano de principios del siglo XI), las santas vírgenes de África (mujeres perseguidas por el rey arriano Hunerico, atormentadas con pesos y planchas ardientes) y santa Adelaida o Adela, que es precisamente la santa del día en la que vamos a profundizar.
Adelaida es un nombre alemán (Adelheid) que significa "de noble familia".
Estampa devocional. S. XIX. |
La Santa nace en Italia en 931, hija del rey Rodolfo de Borgoña, que murió cuando ella era aún una niña. Muy joven contrae matrimonio con el rey Lotario II de Italia que fallece pronto en oscuras circunstancias y la deja viuda a los dieciocho años, con una niña llamada Enma, que con el tiempo llegará a ser reina de Francia.
El usurpador del trono, Berengario, quien probablemente ordenó envenenar al rey, intentó legitimizar su mandato casando a su hijo Adalberto con la joven viuda, pero ésta desde su encierro en la torre del castillo de Garda se negó e intentó huir con su hija. Fue localizada y encarcelada por orden de la esposa de Berengario (Willa de Arlés) en Como, donde permaneció maltratada por ésta, en una oscura prisión, privada de títulos y poderes, vestida con harapos durante varios meses.
Logró huir ayudada por su capellán, refugiándose bajo la protección de Adalberto Atto de Canossa en su castillo. Tras un intento de asedio fallido por parte de Berengario, Adelaida consigue enviar un emisario pidiendo ayuda a Otón I de Alemania (Otón el Grande) que mantenía un ejército en Italia, quien lo derrotó e hizo prisionero, liberándola. Reunidos en Pavía, Otón se hace coronar como rey de los lombardos y con el fin de legitimar su autoridad, decide casarse con Adelaida, viuda del último rey legítimo. Berengario rindió pleitesía al nuevo monarca a cambio de que lo mantuviese como rey de Italia. Otón aceptó y regresó a Alemania con su esposa donde fortaleció el Sacro Imperio derrotando a los invasores húngaros que lo amenazaban, extendiendo los límites de la Francia Orientalis hasta más allá del río Elba.
En su segunda expedición a Italia, tras someter la revuelta de Berengario, que había roto con su vasallaje y proteger al papa Juan XII, será coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en Roma junto con Adelaida, que será nombrada emperatriz.
El emperador Otón I el Grande y santa Adelaida. Catedral de Meissner, Alemania. S. XIV. |
Santa Adelaida. S.XIX. Jean-Auguste Dominique Ingres. Vidriera Capilla de san Fernando, París. |
Al morir su marido le sucede en el trono el hijo de ambos Otón II, ejerciendo Adelaida durante algunos años una poderosa influencia, hasta que su nuera, la princesa bizantina Teofanía, volvió a su esposo contra su madre consiguiendo expulsar a Adelaida de la corte durante un tiempo. Otón rectificó posteriormente nombrándola virreina de Italia y corregente con su esposa, antes de morir ese mismo año, aunque con su muerte, Teofanía la obliga a abdicar y exiliarse.
Casi diez años después, fallecida su nuera, Adelaida se convierte en la regente de su nieto Otón III, asistida por san Willigis, obispo de Maguncia, hasta que éste alcanza la mayoría de edad y ella puede dedicarse por completo a sus obras de caridad y sus fundaciones y restauraciones de monasterios, conventos, iglesias y abadías.
En sus años finales, y debido a la estrecha relación que mantuvo con los abades de Cluny, san Mayolo y san Odilón, se retira a un monasterio que había fundado, cercano a Seltz, al norte de Alsacia, pasando el resto de sus días dedicada a la oración. Allí fue enterrada a su muerte el 16 de diciembre del año 999, siendo salvadas sus reliquias milagrosamente tras unas graves inundaciones que casi destruyeron por completo el monasterio en 1307 y que hoy descansan en la iglesia parroquial de la localidad de Seltz, dedicada a san Esteban.
Santa Adelaida se dedicó constantemente al servicio de la Iglesia y de la paz y al Imperio, como guardián de ambas, interesándose también por la conversión de los eslavos de las marcas orientales del Sacro Imperio, fudando además varios monasterios. San Odilón escribió sobre ella: "La vida de esta reina es una maravilla de gracia y bondad". Fue beatificada por el obispo de Estrasburgo en el año 1085 y canonizada por el papa Urbano II en 1097. Su festividad se celebra el 16 de diciembre, aún en muchas diócesis alemanas.
En arte, suele representarse vestida y coronada como reina, ofreciendo consuelo y alimento a los pobres, a menudo junto a un barco, o como aparece en la imagen, portando en sus manos un templo por su papel fundacional. Es patrona de las víctimas de abusos, de los exiliados y los prisioneros.
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